Gunter Grass (1927-2015)
Demasiada muerte
para un solo día.
El día trece de
abril de 2015 pasará a la historia de la literatura como uno de los días más
nefastos. Lo es cada uno de ellos en que desaparece un pilar importante del
pensamiento actual, pero que en un mismo día desaparezcan dos grande pilares,
tal vez sea demasiado.
Ayer comunicaba la
desaparición de Eduardo Galeano de quien ya hice una pequeña semblanza. Pasé la
tarde “emborrachándome de él: su literatura, su filosofía, su humanidad…
decantado siempre al lado de “los nadies”.
Hoy, intento reparar
la falta de ayer. No pude abarcar tanta pérdida. El premio nobel de literatura
Gunter Grass también decidió ayer irse en tan buena compañía y allá partió con
su tambor de hojalata para anunciar
en el paraíso tan magna llegada. Entre los dos contarán humildemente a los
dioses como está mi siglo y como
están también las venas abiertas de
América Latina.
No sé si es este un
año de especial desgracia para la literatura (también hemos de lamentar la
muerte reciente de Rafael de Cózar en España y la de Pedro Lemebel en Chile), o
si es que a medida de que nos hacemos mayores adquirimos una especial sensibilidad
a ese acontecimiento del que todos, un día u otro, seremos protagonistas; pero,
dos en un solo día y de tamaño calibre, me parecen demasiado. Indudablemente, los
dioses se están volviendo avariciosos.
Antonia María Carrascal