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12 de diciembre de 2017

PRESENTACIÓN



Bonita tarde la de ayer en la que tuve ocasión de presentar el libro de María José Collado Pájaros de cristal en el jardín de invierno. Aquí os dejo el texto.


PÁJAROS DE CRISTAL EN EL JARDÍN DE INVIERNO

María José Collado

La Carbonería, Sevilla 11 de Noviembre 2017

Por Antonia María Carrascal



Decía Juan Ramón que “la poesía es el encuentro después del hallazgo”. Es decir, que un día, que para algunos puede ser hoy, hallamos a una escritora de tan alta calidad poética como humana a quien muchos hemos admirado a lo largo de sus libros anteriores: La luna en el laberinto (1987). Arde la vida bajo el cobre lunar (1992). Tapiz de agua (2011). Bruñidas sombras (2012). Aún la lumbre (2014) y Centinelas del frío (2015), y de la que hoy hallamos su libro más reciente: Pájaros de cristal en el jardín de invierno, un título que ya adelanta la sensibilidad que el libro contiene y que María José Collado derrama en él como derrama el agua limpia su transparencia.
No es casualidad que en el primer poema de este libro aparezca el nombre de TURNER, el acuarelista inglés conocido como el pintor de la luz y sus reflejos, porque esos reflejos a veces nítidos, a veces tormentosos y siempre exultantes, son los que iluminan este libro. Estos pájaros de cristal en el jardín de invierno, viven entre los reflejos de los estanques o en la umbría de las ramas a cuyo abrigo la memoria tira vuelo hacia atrás para encontrarse con pasadas emociones o con vivencias presentes. Estos pájaros, a veces presos de la ciudad y su tiempo, revisan su entorno urbanita y se duelen con dolor de adaptación como el agua contenida. Por eso detienen el vuelo en la naturaleza amable, melancólica, de los jardines invernales que acaso llaman desde la infancia, desde los tiempos felices allá en la proximidades del Rhur, en Alemania, donde la autora viera transcurrir sus años primeros.
En ese jardín se siembran emociones, recuerdos, amores, nostalgias… pajarillos que alzan el vuelo y sorprenden la quietud con picoteo sosegado. Porque María José Collado es maestra en esto: el sosiego transformado en palabra, un aletear delicado aun cuando aluda la barbarie cotidiana de los plásticos que todo lo ocupan, los amores perdidos o lejanos, el dolor, la muerte, el exilio o el vuelo imposible de quienes dejan la vida en la persecución de un sueño.
Decía que María José Collado es la poeta de la sensibilidad, pero también lo es de la concisión. “No se puede decir más con menos palabras” —le dije la primera vez que escuché sus poemas—, y no es que la poeta escatime la abundancia generosa que de ellas nos brinda nuestro idioma, sino la habilidad con que resume un concepto con mucho menor esfuerzo que el que necesitaríamos para explicarlo. Y así condensa todo el aval de experiencias amorosas que todos acumulamos a lo largo de una vida:
Un papiro es la piel / con la letra menuda / de todos los amantes.
O cuando en la estación de otoño casi cierra el año ella dice:
Por el oro maduro / de las hojas dormidas / un desfile de meses.