Qué tendrán estos pies míos...
que escuchando una guitarra
se me vuelven como rios.
La brújula tienes loca:
cuando buscas Norte, Sur;
cuando a mi, te vas con otra.
No estaré en tu despedida.
Que no he de mirar partir
a quien nunca entró en mi vida.
Hay que saber con acierto
dónde poner la cabeza
cuando falla el sentimiento.
Un ave quise enjaular
y desde que está en mi mano
no ha parao de volar.
No puedo saber quien eres.
Lo que está dentro de ti
no lo ponen tus papeles.
A tu tierra fui a sembrarme
y en el mar tengo los ojos
y la cabeza en el aire.
Toito el cielo está llorando
y me parecen las mias
lágrimas de contrabando.
Cuanto más perdia estoy
más me arrimo a tus estrellas
y menos sé a dónde voy.
Cuando la meta es el cielo
pierde su peso la cruz
y tos los palos son buenos.
Polvo en tus zapatos soy,
sin que importe d'ande vengo
ni me importe a dónde voy.
Mi vida es chica y no quiere
que a sus pasitos le pongas
caminito de alfileres.
Soy tu enemiga mortal:
si no me matas a besos,
a besos te v'i a matar.
Saber quisiera y no sé
cómo me encuentro tan muerta
teniendo el cuerpo de pie.
Cansao en un cruce estás.
El camino es el descanso
y no te atreves a andar.
Un relámpago brilló
y te ha dejado tan ciego
que no ves la luz del sol.
Si se te acaba el papel,
ponme te quiero en el aire
que yo lo sabré leer.
Mira qué tragedia es
el que yo quiera quererte
y no te dejes querer.
Estoy llegando a creer
que no puede ser delito
el pecado de querer.
Soleá XX
No sigas por donde vas
navegando a la deriva
y tan lejos de la mar.
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