Hoy es desde Euskadi que llega la opinión de un lector. Luisma Giménez Manglano, escritor al que admiro y amigo entrañable, me escribe su sincera opinión de EL HOMBRE QUE TE HABITA. Tal vez a ti, futuro/a lector/a te sirvan de orientación sus palabras. Gracias, Luisma.
Hola, Antonia. Ya he leído "El hombre que te habita". Y lo he releído, no sé cuántas veces. Ahí van unas cuantas notas sueltas que he ido escribiendo mientras lo leía.
Como era de esperar, he vuelto a disfrutar de tu palabra, esa que nombra al mundo de una manera nueva, y que remueve mis emociones, mi imaginación, mis pensamientos.
Una de mis estrofas preferidas:
"y se diría
que en turbada demencia ha decidido
sentir la devoción
del áspid en su entraña."
"y se diría
que en turbada demencia ha decidido
sentir la devoción
del áspid en su entraña."
Me da la impresión de que el libro comienza en un tono bastante pesimista (motivos hay) para luego ir dejando paso a la esperanza.
Quizá al principio parece que el poeta no se incluye en esa humanidad suicida, ese hombre que "no sabe". En cambio en "No he de abandonar la vida", se declara tan culpable como la estirpe que habita.
En "En estos días ínfimos", el poeta se dirige al lector, al oyente, al hombre, y lo convoca a cambiar las cosas. En este sentido, el poeta adquiere una función social, de igual manera que cuando profetiza un futuro mejor, o cuando declara su intención de actuar sobre los otros: "En cada corazón que encuentre vano / extenderé semillas para el vuelo", o cuando se pregunta: "Qué hacer con estos seres...".
"Yo no puedo salvar tu decadencia" me resulta confuso.
Uno de mis poemas preferidos, aunque no sea el más representativo de la línea general del libro, es "A nadie le interesa". No sé explicar por qué.
El mal se llama ambición, codicia, insolidaridad, conformismo.
El bien: respeto a la vida, solidaridad, justicia, equidad, amor.
El bien: respeto a la vida, solidaridad, justicia, equidad, amor.
Me gusta mucho la segunda parte, "Matrix Vocem". (Por cierto, ¿de dónde provienen esas palabras?) Me gusta esa fusión mujer-madre-tierra-diosa.
"Naciste de mí" es muy especial, porque no se ve tanto el simbolismo y parecen simplemente las palabras de una madre a su hijo.
"Naciste de mí" es muy especial, porque no se ve tanto el simbolismo y parecen simplemente las palabras de una madre a su hijo.
En fin, Antonia, que si "son pocas todavía las antorchas / que encienden la esperanza", entre ellas se encuentran, sin duda, tus palabras. Nos hacen falta.
Un abrazo, y mis mejores deseos para ti y para "El hombre que te habita".
Suscribo las palabras del amigo Luisma y animo a quién aún no lo hay hecho que lea este poemario de Antonia. Seguro que lo disfrutará.- Un abrazo
ResponderEliminarGracias, José. Un abrazo.
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