La mano del futuro
arroja tras de sí
los últimos corpúsculos de arena;
ya degusta las últimas
migajas de la espiga,
saborea en sus ojos el último paisaje,
y el hombre duerme.
y piensa que al mantón
festivo del mañana
aún le quedan recursos.
Un mañana diminuto y estéril
se cuela por sus sueños
y avienta flores de papel
al calendario mientras duerme.
El tiempo que caduca
titila en la lámpara encendida
de las vírgenes lúcidas.
Pero al hombre, al hombre
¿quién lo saca del sueño?
De "El hombre que te habita" Antonia María Carrascal
Hay que despertar, Antonia, hay que despertar no nos queda otra si queremos que nuestra huella sea lo menos dañina posible.- Tus versos son pura cafeina.- Un abrazo
ResponderEliminarDespertar y ponernos en acción. Los pequeños gestos pueden llegar a ser grandes. El efecto mariposa ¡existe! Un beso, amigo.
ResponderEliminar