Nunca fue sufrir mi
talla ni alforja,
ser nómada del viento
y los espejos…
por eso, ahora que
los dioses
me regalan su pan
lo como con premura
por si acaso algún día
no me llega;
por si acaso algún
día
me vuelve a uncir la
herida
y tengo que soñar que
ser poeta
es el premio mayor
que me acontece.
Un poema estupendo, amiga.
ResponderEliminarBeso
No sé si será el premio mayor, pero al menos tus lectores lo agradeceremos.- Besos
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