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13 de abril de 2018

Imagen tomada de la red


PAISAJE

Están ahí.

Los árboles componiendo bosques,
los bosques fecundando montañas,
puestos en pie sus falos verdeantes;
los lechos de los ríos 
sorbiéndose el llanto
porque una mano ausente 
no vistió de azul su herida.


Están los pájaros
—tijeras de distancia—
acuchillando el aire:
trocándolo en viento
que acerque el telegrama
de su garganta al oído.


Pero el hombre, ¡no está!

Ese hombre se ha llevado 
la raíz de la boca al silencio.


¿Para qué gritar su naufragio
a un espejo indiferente?
¿En qué muro sin ecos
pondrá el abecedario de su grito?


No. Ese hombre se pintará
la cara de sonrisas
como pide la costumbre.
Se tomará una copa, o dos,
acompañándose la soledad de cada tarde.

Y, nuevamente solo, de vuelta
solitario de la noche,
besará la luz de amanecida
con labios de infantiles esperanzas.


Antonia María Carrascal 

                                Del libro "Y ellos hicieron un poema cada día con el que fueron poniendo alas a la tierra".



7 comentarios:

  1. Me he quedado muda, me faltan las palabras para hacer un comentario, estoy en esa franja donde palpita la emoción.

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  2. Impresionada me he quedado. Da gloria leerte.

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  3. Qué preciosidad de poema, querida mía. Te entrego con gusto mi más sincera felicitación. Un abrazo.

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  4. Querida Antonia al leerte este poema en particular siento que estas reinventando el mundo y las sensaciones. Un beso. Me encanta.

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  5. Querida Antonia al leerte este poema en particular siento que estas reinventando el mundo y las sensaciones. Un beso. Me encanta.

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  6. me resulta un poema muy bien logrado, amiga. En verdad, siento que has logrado un poema estupendo. Te felicito!

    Abrazos

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  7. La comunión con la Naturaleza, ese hecho imprescindible para que la vida siga. Con tu arte, amiga. Un abrazo.

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