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4 de mayo de 2014

NO LO ATIENDAS

No lo atiendas.
Lleva siglos de trampas aprendidas.
No lo mires.
En su faz de terror
tiene obsceno atractivo
que excita a los ingenuos.

Si te apura a beber de su saliva,
te lastrará con piedras de basalto
y tus manos se irán en remolinos.
Dicen que su olor da frío al cerebro
y apaga los colores.
No lo invites aunque llame a tu puerta
con cara de chiquillo entristecido.

No lo escuches:
el miedo es un fantasma solitario
que se atreve a ulular
a veces para hacerse compañía.

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