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17 de junio de 2014

COMENTANDO FRASES EXTRAÍDAS DE “Rumbo a Gaia”

1.     No podríamos valorar verdaderamente la conveniencia de la luz si no conociéramos las dificultades de la sombra.    
Ya sabéis que “Rumbo a Gaia” es una novela para leer desde los doce a los ciento veintidós años. A lo largo de sus páginas no hay mejor cometido que el de lograr los ocho objetivos que publiqué ayer en mi post anterior.
A veces, por maduros que nos consideremos, nos rebelamos ante la adversidad, y frases como: “Todo me tiene que tocar a mí” o “¿Qué habré hecho yo para merecer esto?”, se enredan a los labios, obnubilan la mente, atenazan el corazón y, lo que es peor, sirven como excusa para no luchar, aceptando, sin más, que lo bueno, lo disfrutable, lo placentero nos está vedado. Nos acostumbramos así a un estado de ánimo que impedimenta todo goce. Total, ¿para qué te vas a alegrar, reír, congratular…, si crees firmemente que a continuación la desgracia se volverá a cebar en ti anulando el placer que produjo lo bueno? “¿Ves todo lo que me estoy riendo? Pues más voy a llorar —he oído decir a alguna gente.
Cuándo nos planteamos profundizar en la esencia de lo que nos acontece, resulta valioso si lo comparamos con su antagónico. No se aprecia con más placer el agua que desde la más intensa sed, ni la frescura después del calor o el abrigo cuando estamos ateridos.
¿Por qué entonces, cuando sufrimos un revés de cualquier índole, ni siquiera pensamos en la posibilidad de que, después del acontecimiento doloroso, hemos ganado algo bueno?
¿Que qué es eso bueno? Cada cual saque sus conclusiones. A mí se me ocurren de momento: fortaleza para saber encajar los reveses, madurez para enfocar algo distinto; creatividad, comprensión, dinamismo...
Yo tengo mi frase que me ayuda en los momentos difíciles: “Experiencia que no mata, enriquece”. Se trata en definitiva de lo que dice la frase que hoy he extraído para vosotros:
 No podríamos valorar verdaderamente la conveniencia de la luz si no conociéramos las dificultades de la sombra. 
      
       Ea, pues a reflexionar…    
Antonia María Carrascal






2 comentarios:

  1. Una frase muy acertada, Antonia, y es muy cierto que se puede aplicar a la vida en general ya que no sabemos lo que tenemos hasta que no nos falta. Así que habrá que seguir navegando hacia Gaia para seguir aprendiendo.
    Un abrazo

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  2. Eso pienso yo, Pepe. Si nos movemos en la dualidad, no creo que sea por un error del Creador. Un beso.

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