BLOG DE ANTONIA MARÍA CARRASCAL

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13 de septiembre de 2016

RESEÑA DE LIBRO

Es para mí un placer tomar en las manos una obra debida a otro escritor y quedar sorprendida de su quehacer, su sensibilidad ante el acontecer cotidiano con que la Naturaleza premia a los sentidos. 




El haiku, desde hace ya unas cuantas décadas, se ha ido haciendo hueco en la poesía occidental y no son pocos los autores que sorprenderían al mismo Matsuo Basho, su creador, en justa competición al reparar (y expresar con la misma sensibilidad, la misma admiración), en la grandeza de la pequeñez con que la Naturaleza sorprende.

Este es el caso de Mujyokan, el libro de Carlos Bassas que reseño a continuación, dado a conocer por la revista literaria Moon Magazine.

http://www.moonmagazine.info/antonia-maria-carrascal-poeta/

6 de septiembre de 2016

LA CEBADA AL RABO

Van ya dos años y el burro sigue vivo. Cierto es que en estos últimos meses, arrullada por rebuznos ajenos a esta sección de mi blog, la cebada estuvo a punto de perderse en los silos del olvido. Pretendo, a partir de ahora, revitalizar y modificar sus espigas para que vuelvan a ser alimento de los autores de nuestro tiempo, vivitos y coleando, lejanos aún de que los Sabios Doctores o las Academias decidan que ya es tiempo de ponerles "La cebada al rabo"

Inicio hoy esta nueva andadura con la reseña del libro "Volver a Guajanauto", del que es autor Manuel Quiroga Clérigo y debida al también narrador y poeta Eugenio Mancera Rodríguez.

Memoria y nostalgia en Volver a Guanajuato  de Manuel Quiroga

Eugenio Mancera
México

Volver a Guanajuato, libro de poesía de publicado por la editorial Guanajuatense “Azafrán y Cinabrio”, que dirige el Doctor Benjamín Valdivia, es el testimonio del poeta que da fe de su presencia, la que se vuelve memoria y nostalgia, en las calles de la ciudad de Guanajuato, México. Y es que, para un mayor conocimiento de la obra, nos permitimos señalar que los poemas de Volver a Guanajuato fueron escritos en diferentes periodos y circunstancias del autor, español viajero que tienen siempre en su agenda a la América que habla español o portugués. Algunos  de esos interesantes poemas corroboran la presencia del sociólogo y poeta viajero en las bellezas plazas y callejones y otros románticos lugares de esta ciudad mexicana, antigua y caprichosa en estructura urbana, al ser escritos en la propia ciudad; tal vez después de recorrerla en sus intrincados laberintos; en sus plazas abiertas, mirando sus permanentes cielos azules. Aunque los poemas, en su mayoría, fueron escritos en Madrid o en sus alrededores, donde suele residir  el autor la mayor parte de año; otros, en su casa de verano de san Vicente de la Barquera frente al mar santanderino; alguno más, en alguna de sus estancias breves en Nueva York. Estos poemas, los escritos desde la lejanía de Guanajuato, hacen de la memoria recobrada de la ciudad y del sentimiento de nostalgia, que es también dolor de ausencia o de distancia, su materia poética fundamental. 
Los poemas, en mi concepto, son entonces  un recuento de memorias –las de los viajes y de las presencias en los escenarios de Guanajuato-que, en las palabras de los versos, paulatinamente se van traduciendo en la recuperación tangible de los actos vividos, pero más aún, en nostalgia –es decir, en deseo de presencia- de los lugares recordados por el poeta en los fríos inviernos madrileños cuando escribió algunos de ellos.