RESEÑA DE MANUEL QUIROGA CLÉRIGO SOBRE EL LIBRO DE ANTONIO PORPETTA "ZAPATOS Y POESÍA"
Hace unos días he recibido, con gran placer, la reseña que sobre el libro de Antonio Porpetta ha escrito Manuel Quiroga Clèrigo de quien, en su día, La cebada al rabo se viera honrada en presentar su colaboración. En "Zapatos y poesía" Antonio Porpetta hace un recorrido a lo largo de la historia de la literatura y, desde Anacreonte, poeta griego del siglo VI-V a.C. hasta Kydia Mateos, uruguaya
nacida en 1943, nos revela poemas en los que se alude al calzado en cualquiera de sus manifestaciones y estilos.
Antonio Porpetta Nació en Elda (Alicante), en 1936. Es Licenciado en derecho y Doctor en Ciencias de la Información (Filología Española) por la Universidad Complutense de Madrid, así como Diplomado en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Miembro Correspondiente de las Academias Norteamericana (Nueva York) y Guatemalteca (Guatemala) de la Lengua Española
Tiene prestigiosos premios en su haber, entre ellos: el “Fastenrath” (de la Real Academia Española de la Lengua), “Hilly Mendelssohn”, “Provincia de León”, “José Hierro” y “Ciudad de Valencia”, de poesía, junto a los de la Crítica Literaria Valenciana, de ensayo y de poesía.
“UNA PARTE DE NUESTRA VIDA SE DESARROLLA EN LOS ZAPATOS”
ANTONIO PORPETTA: ZAPATOS Y POESÍA (PRESENCIA DEL CALZADO EN LA CREACIÓN
POÉTICA) Excmo. Ayuntamiento de Elda, 2014, 235 págs.
El Museo del Calzado de Elda
tiene un claro cometido; es el de dignificar la industria más importante de la
localidad alicantina. Ello le ha llevado a organizar las ferias y otras
manifestaciones comerciales y culturales en torno a este producto que desde
tiempo inmemorial es su principal ocupación. Antonio Porpetta, poeta y
escritor, ha tenido el buen gusto, y la paciencia, de dar a la imprenta un
precioso libro titulado “Zapatos y
poesía. Presencia del calzado en la creación poética”, que ha editado el
Excelentísimo Ayuntamiento de Elda. Concejalía de Cultura y Patrimonio
Artístico, con diseño y maquetación de
Ediciones Torremozas de Madrid, cubierta y fotografía de solapa de Jesús
Herrero. El Museo del Calzado de Elda distribuye en exclusiva este ejemplar. De
la presentación de esta colección de textos que hace Antonio Porpetta destacamos
algunas palabras esclarecedoras:
recuerda que “ si la principal fuente de
inspiración del poeta-encargo por vocación y aptitudes de captar la vida y
convertirla en poemas-es sencillamente la vida, una parte de esa vida, de
nuestra vida, y muy importante por imprescindible, reside y se desarrolla en
los zapatos. Ellos nos cubren nos protegen, nos acompañan”. Y así llegamos a la
lectura de esta monumental compilación que cuenta con una extensa nómina de
poemas y poetas que han tenido al “calzado en sus múltiples variantes-zapatos,
sandalias, chapines, borceguíes, botas, abarcas, alpargatas, escarpines,
zuecos, botines, etc” su motivo de inspiración y escritura.
Desde Anacreonte, poeta griego
del siglo VI-V a.C. hasta Kydia Mateos, uruguaya nacida en 1943, transcurren
235 páginas de poemas y datos que hablan de sus autores y su dedicación al zapato. Damos a conocer este agradable libro,
dividido en siete grandes apartados o capítulos, y traer algunos de sus versos
sobre tan elegante tema.
De las “Referencias antiguas”
resaltamos dos versos del citado Anacreonte: “Sandalia quiero ser para
calzarte,/porque me huelle así tu leve planta” y los que aparecen en “Vida de
Santa María Egipciaca”, de autor anónimo: “…Por alimpiarse de sus pecados/non
calçaba çapatos”.
De “Elogios al zapato” elegimos
los últimos versos de un delicioso poema de la tinerfeña Sonia Betancort
(“Instrucciones para descubrir a la mujer en un zapato”): “El zapato es mi ruta
de viaje./El zapato es mi mapa mudo./la geografía/de mi cuerpo celeste” y dos
breves apuntes del inmortal Vicente Aleixandre: “Decid sandalia,leve/pisada:
decid sólo…”. Pero no dejamos en el tintero un fragmento de ese elegante poema
de Silvia Monrós de Stojakovic (que nació en Buenos Aires de padres catalanes y
reside en Belgrado como eficaz traductora y difusora en Serbia de la narrativa
y la poesía española. “Llegamos siempre/con esos zapatos invisibles/que antes
de medianoche/nos permiten bajar/de la carroza de cristal”
Antonio Porpetta es Licenciado en
Derecho y Doctor en Ciencias de la Información (Filología Española), Miembro
Correspondiente de las Academias Norteamericana de la Lengua Española (Nueva
York) y de la Academia Guatemalteca de la Lengua Española. Su enorme trabajo en
el campo de la poesía y su dedicación a otras ramas de la literatura como la
narrativa y el ensayo fue le llevó a ser distinguido con el Premio de las
Letras de la Generalitat Valencia en el año 2012. A él se deben unos versos
incluidos en el apartado tercero de este libro (“Personificaciones”). Sus
líneas corresponden al poema “Museo de Ricas Telas” del poemario “Meditación de los asombros”:
“Pacíficas espuelas/hieren sombras de ijares, borceguíes/que olvidaron el barro
y la montura”. En el mismo capítulo aparece “Liviandad”,un precioso poema del
genial chileno del Torreón del Renegado, Gonzalo Rojas, donde habla de “los dos
zapatos altísimos sin nadie muertos de amor, tristísimos/y viudísimos de ella
pidiéndole frenéticos que no,/que su cuerpo blanco no,/que no se entregue/a la
usurpación…”. También hay espacio para alguna palabra del gran cantor del amor,
Pablo Neruda con ese largo “Poema al pie desde su niño” (“…este pie trabajó con
su zapato,/apenas tuvo tiempo/de estar desnudo…”.
“Zapatos y humor” contiene casi
30 páginas de versos jocosos, amables. El compilador escribe: “Sin prescindir de su tratamiento
poético, en ocasiones las referencias a los zapatos tienen un marcado tono
humorístico, en el que a veces se mezcla la ironía, el desencanto, e incluso la
crítica social”. Ese sería el contenido exacto del “soneto calzado con
estrambote” de la medio portuguesiña y permanente estudiosa de aquella
literatura y, en especial, de Florbela Espanca llamada Mª Tecla Portela
Carreiro, a quien se agradece su colaboración para llevar a buen término este
trabajo como “aguda rastreadora de textos medievales”. “Indecisión” se denomina
su trabajo: “Chinelas o pantuflas, zapatillas,/abarcas o albarcas,
escarpines,/o galochas o alcorques, o botines,/cañas, zuecos, babuchas,
jerviguillas./Unos de alto coturno con hebillas,/también escalaprones y
chapines,/si topolinos que sean chiquitines/o escalfarotes, venga, con
plantillas…()Mas a dejarme voy ya de alegatos/y enseguida me pongo unos
zapatos”. Pero nada de olvidar la gracia, la alegría, la espontaneidad de la
gran Gloria Fuertes, de la que 2017 se cumplirá el primer centenario de su nacimiento:
“Haga el favor de darme una chaqueta,/comida y pantalón, no tengo nada./Si
usted tiene mi pie, unos zapatos./Soy sordomudo, y solo y casi viejo”)= “El
mendigo que entregaba un papel”.
El 5º apartado es “Zapatos y
erotismo”: Porpetta selecciona “piezas más o menos eróticas, impregnadas en
mayor o menor medida de sensualidad y voluptuosidad, en las que aparece el
zapato, algunas veces con un marcado protagonismo, otras de manera más
colateral o secundaria”. “Tómame ahora que aún es temprano/y que llevo dalias
nuevas en la mano.()Ahora que calza mi planta ligera/la sandalia viva de la
primera”, escribe la uruguaya Juana de Ibarbouru en “La hora”. Ada
Menéndez nos deja unos versos de “Las
vestiduras” incluidos en “Abierta de piernas”:”Quítate el pantalón/fuera
camisas y abalorios/lanza los zapatos/olvida el pañuelo/desabrocha todos los
botones/rompe donde haya que romper…”. Humm Y Oliverio Girondo, el gran poeta
argentino admirado y amigo de Aitana Alberti, escribía en “Milonga”: “El
bandoneón canta con asperezas de gusano baboso, contradice el pelo rojo de la
alfombra, imana los pezones, los pubis y la punta de los zapatos”. Gracia Iglesias, Premio “Gloria Fuertes” de
Poesía para Jóvenes, escribe: “ACECHA/en el cordón de estas sandalias/un pecado
que asciende, enredadera,/hasta la cóncava humedad/que nos resume”
En “Zapatos y denuncia social”,
donde dice Porpetta, “La poesía es,
sencillamente, un instrumento que sirve para expresar, sutilmente, los más
hondos sentimientos del hombre a través de la palabra”, no podían faltar unos
versos del sacrificado Miguel Hernández: “Nunca tuve zapatos,/ni trajes, ni
palabras:/siempre tuve regatos,/siempre penas y cabras”. León Felipe escribió:
“No hay bastante zapatos para todos/y me voy a los surcos”. Y el gran defensor
de la negritud , Nicolás Guillén, dejó
escrito: “Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas”. Y de la trabajadora editora de Torremozas leemos: “Van por las calles gentes
presurosas,/sobre el cemento pisan/zapatos de tacón, botas de caña,/adustas
deportivas que recorren las calles grises, los asfaltos húmedos”..
El colofón es “Zapatos y
melancolía”. Se recuerda la definición académica de “nostalgia”: “Tristeza
melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida” y la de
“melancolía”: “Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas
físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión
en nada”. Homero Aridjis habla de “...zapatos con la cara vuelta al piso..“, el
granadino Luis Rosales de “…viejas sandalias que conocen/cien valles, cien
desiertos, mil caminos”, la luchadora feminista que fue Rosario Castellanos
recuerda “…ese zapato que apretaba/tanto que impidió bailar el primer baile,/no
hubo zapato”; la poeta y editora Elsa López confiesa: “Estrené falda nueva,
zapatos de tacón, trenzas de oro./Y luego, fui al olvido”; del gran José Lezama
Lima elegimos: “Miro mis zapatos, estoy tan alegre…”; de Antonio Machado, nada
menos, cuatro versos de un poema de
“Soledades”: “Mas no es tu fiesta el Ultramar lejano,/sino la ermita junto al
manso río;/no tu sandalia el soñoliento llanto/pisará, ni la arena del hastío”,
la serbia Dusica Nikolic Dann que dirige la “Casa Serbia”en Madrid deja datos
“Del santo bizantino pies/en las sandalias livienas,/sobre las nubes…”; y
Mireya Robles “...andariega sin rumbo/desando por el mundo/en sandalias de
barro”; Sylvia Plath, tan venerada: “Me duelen los pies./No debería haber
estrenado zapatos/esta mañana”; Manuel Altolaguirre: “Las barcas de dos en
dos,/como sandalias del viento,/puestas a secar al sol”. Los zapatos bien valen
esta agradable lectura.
Manuel Quiroga Clérigo (San
Vicente de la Barquera, 12 de julio de 2014)
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