Pierre Puvis de Chavannes (1824-1898)La Esperanza |
ESPERANZA
Por eso abrí la puerta a la
aventura:
para rendirle ofrendas
al brío del caballo embravecido;
para sacar la niebla a tanto nicho
y hacer del nervio neto
borrachera de sol y de paisaje;
para hurtarme al rejón que escarba
empantanando los muros
del párpado aturdido.
Abrí la cremallera de las nubes
y hendí, desde la tierra,
un haz de rayos verdes, de esperanza,
en la oquedad caliente de la risa,
en los mares redondos
donde la guillotina curva: el ojo,
vistió de azul la angustia
y la puso a morir en sus arcenes.
Del libro "Y ellos nacieron un poema cada día con el que fueron poniendo alas a la tierra"
para rendirle ofrendas
al brío del caballo embravecido;
para sacar la niebla a tanto nicho
y hacer del nervio neto
borrachera de sol y de paisaje;
para hurtarme al rejón que escarba
empantanando los muros
del párpado aturdido.
Abrí la cremallera de las nubes
y hendí, desde la tierra,
un haz de rayos verdes, de esperanza,
en la oquedad caliente de la risa,
en los mares redondos
donde la guillotina curva: el ojo,
vistió de azul la angustia
y la puso a morir en sus arcenes.
Antonia María Carrascal
Una muestra más de tu inmenso arte. Ojo con ese "pasa".- Un abrazo
ResponderEliminarCorregido, amigo. Gracias por tu atención permanente y tu cariño. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, amigo por tu atención permanente y tu cariño. Un abrazo.
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