Hace unos días llegó a mis manos el último libro de Rosa Estremera y me ha apetecido dedicarle este comentario. Un buen libro.
TODOS LOS CUENTOS SON TU MIRADA de Rosa Estremera
A medio camino
me mudé
y dejé marchitarse
la hiedra de mi ventana → PRÓLOGO
Así comienza su
decir la poeta Rosa Estremera en su último libro TODOS LOS CUENTOS SON TU
MIRADA; y es que, una vez que uno muda de casa o actitud, cuando emprende un
nuevo camino, se cierran las ventanas del ayer y se seca la hiedra que nos
tenía abrigados… o atenazados.
En una
entrevista reciente, Rosa confesaba haber mudado su camino. Ha cerrado una
casa/etapa y se enfrenta ahora a una más directa, más sincera, más valiente; y,
a pesar de que todos los cuentos son la mirada de otro, Rosa traslada los ojos
desde el entorno más cotidiano y, hiedra de sí misma, se adentra por los
vericuetos más profundos de su ser.
Y así va
descubriendo que:
Nada sirve [ ]
Solo me queda aprender a plantar versos
en las macetas desnudas de la verdad → ENERO 2020
Estremera busca y se encuentra en el
otro después de un camino difícil
Pero también pocos saben lo que es amar,
ser amado es otra cosa,
yo lo aprendí más tarde → PRETÉRITO
PERFECTO SIMPLE
O también
Descubrí que tu abrazo es infinito
y que la mañana no empieza
cuando sale el sol…
comienza cuando me rozas
con tu pie bajo las sábanas → DESCUBRÍ QUE TU
ABRAZO ES INFINITO
Aunque Rosa no
se detiene solo en la piel de ese “tú” con que atrapa al lector y lo hace
partícipe de sus emociones. Ella sigue ahondando en sí misma desde la grieta en
el muro, la lluvia persistente, las nubes que secuestran al sol entre sus
tonalidades caprichosas… desde sus fantasmas. Ya sobrepuesta de todo, ella
afirma:
La incertidumbre del horror
me mira desafiante,
le devuelvo erguida la mirada
todavía mando yo → NOTICIAS
y desde ese desafío concluye:
Que pase la vida no me preocupa,
me preocupa mirarme en el cristal limpio
y no encontrarme → EL TIEMPO
¿Sabías, lector, que en la antigua
Roma la hiedra era símbolo de la fidelidad?
Así se contempla Rosa Estremera en este libro: diapasón catártico de su ayer,
espejo fiel de su presente, aventadora de esperanzas al futuro.
Un libro más que recomendable de una poeta más que hecha.
Antonia María
Carrascal