La mejor manera de predecir tu futuro es creándolo.
Es decir, echando sobre cada día las semillas del esfuerzo y el trabajo. Con alegría, con placer anticipado, viendo ya los resultados como si formaran parte de la realidad, Ya sabemos eso de la fe y las montañas, ¿por qué, hombres de poca fe, no creemos en ello?
Cada día, cuando me levanto, doy gracias al Universo por haberme dado tanto bueno como hay en mi vida, y abandono el dormitorio con la sonrisa puesta...
Dicen que elevando el músculo risorio, se activa el timo; sí, esa glándula de la que tan poco se conoce y que por eso se dice que desaparece cuando crecemos, aunque otros dicen que activándolo proporciona innumerables beneficios. Sea como sea, cuando sonrío, siento bienestar en el estómago como si acabaran de darme una buena noticia. A partir de ahí, ya no tengo ganas de enfados ni tristezas y el resto del día, mi futuro inmediato, es más grato porque así lo he creado.
Me parece una frase genial. La recordaré cada día al levantarme.
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