TRES (Amor sin connivencia)
El tres tiene la imagen y me evoca
la fauna que sobró en el paraíso:
ofidio que estrechó sin el permiso
divino, las raíces de tu boca
la fauna que sobró en el paraíso:
ofidio que estrechó sin el permiso
divino, las raíces de tu boca
y mi sed de escuchar. Pelota y foca
somos ambos: fluctuante, inconciso
tú. Yo alegre; periódico, preciso
pleamar. Sin licencias en la poca
cordura que nos llaga y envenena,
mirada desde acá, nos mece ardiente;
mirada desde allá, nos avasalla.
Licencia para amar nos es muy buena
en este andar que aboca a la pendiente.
Licencia de olvidar…quizás no haya.
Antonia María Carrascal
Del libro "Y ellos nacieron un poema cada día con el que fueron poniendo alas a la tierra.
Accésit al premio Ricardo Molina
Me resulta muy bien logrado, amiga. Estupendo!
ResponderEliminarAbrazos
Al igual que mi tocayo, a mí también me gustó tu soneto, Antonia. El peligro del tres queda superado con esos versos.- Un abrazo
EliminarGracias, amigo. Tú siempre ahí pendiente de mis escritos. Valoro tanto tu amistad como tus opiniones. Bss.
EliminarGracias, José, Pichi, por tu valoración. Es una suerte tu amistad con tanto mar de por medio y tan cercana. Un abrazo enorme.
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