Es un libro de madurez personal y poética, de versos rotundos.
Con María José Collado |
Antonia María
Carrascal, lleva un largo bagaje literario consigo. Fue cofundadora del grupo
Barro y miembro fundador y de honor del club internacional de escritores online
Palabra sobre palabra. Es miembro de la Asociación de Escritores de España
(A.C.E.) y Comisionado para Los Alcores de ACE Sevilla; del colectivo de socios
del Ateneo de Sevilla, de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos
Literarios “Críticos del Sur” y del Centro Andaluz de las Letras (C.A.L.), en
el que forma parte del Circuito Literario en las modalidades de poesía y
narrativa.
Ha obtenido diversos
premios literarios en poesía: accésit al Premio de Poesía Ciudad de Córdoba
Ricardo Molina con la obra “Y ellos nacieron un poema cada día con el que
fueron poniendo alas a la tierra”. Accésit al Premio de Poesía Barro de Sevilla
con “El latir de la piedra”, ambos publicados. “El hombre que te habita” de la
Editorial Autores Premiados Edílica. En narrativa ha publicado la novela “Rumbo
a Gaia” también ha participado en numerosas antologías. Diplomada en Ciencias
de la Educación, ha impartido clases de Lengua y Literatura española en un
instituto local.
En pedazos menudos, su más reciente obra
publicada, es un libro de madurez
personal y poética, de versos rotundos; hay en estos poemas poderosas imágenes
y sublimes metáforas.
El libro se estructura en tres partes claramente definidas. He tomado una frase prestada del artículo sobre John Berger, escrito por Pedro Luis Ibáñez Lérida, que bien podría definir estos poemas: “La poesía se deshace en fragmentos, en pedazos menudos, como metralla para proferir toda su integridad a bocajarro.” Hay versos que me han cautivado especialmente de algunos poemas, me encanta como los cierra.
En la 1ª parte del libro, A pesar del cansancio infinito, encontramos una fuerza que a pesar de ese cansancio no se deja doblegar. Del poema Pesar, particularmente, destaco su cierre "la ley arancelaria/ con que se ciñe y muerde/ la voz dictatorial de la costumbre”. Se rebela contra ella y nos hace pensar ¿es la costumbre, donde realmente queremos permanecer? La libertad de elegir nos llena de dudas, ¿ganaremos, perderemos, si salimos de nuestra burbuja? Su postura es valiente. Del poema Generosidad, la última estrofa que incluyó como comentario a mi poema Propósitos: Qué difícil seguir y, mientras tanto/ contender con el beso mas sumiso,/ desintegrar el grito con el rumor más dulce de mi acento,/ desatendido el propio pesar/ y atenta siempre/ a compartir con todos la sonrisa./ Es un acto de generosidad altruista, en el que quiere mostrar su mejor sonrisa mientras guarda su propio dolor, y sufre en silencio. Del poema Desazón, resalto especialmente, la segunda estrofa: examino revistas, documentos,/ periódicos que presentan informes/ de que la humanidad ha sido rescatada/ del hierro y la ignominia,/ del inútil bocado a la carne indefensa./ Fina ironía para contestar a la manipulación a la que estamos sometidos por el cuarto poder, la prensa. De Nostalgia, esa segunda estrofa que culmina en una pincelada de sensualidad: “en sus labios degusta la piel que se avenía/ a dejarse gastar por la piel de otros labios”. De la 2ª parte, Larga valentía, el breve poema: Gozo, Resurgir, Crónica, Razones, Viaje, Oporto, Los mejores propósitos, por nombrar solo unos cuantos, son delicados trabajos de orfebrería, donde cada detalle está cuidado con la obsesión por lograr el matiz de lo perfecto, y lo logra; parece sencillo pero detrás hay un trabajo concienzudo, esfuerzo, que como veremos ha dado magníficos frutos. De la 3ª parte, Las alas tronzadas, señalo los poemas: Incoherencia, Persuasión, Refugio, Epitafio y Yo no sé. Antonia nos invita a acompañarla en este viaje que consta de tres etapas, es indiscutiblemente un periplo personal, aunque, yo al menos, me siento reflejada en muchas de las aguas de esta espléndida travesía. Algunos libros de poemas están concebidos para tratar un único tema, la diversidad que despliega en este poemario: En pedazos menudos, logra que el viaje sea una aventura detrás de otra hasta la última página. Hay tanta plasticidad en su poesía, fuerza arrolladora, sensualidad sutil, y no por ello menos embriagadora, espiritualidad, rebeldía, en definitiva, es un placer surcar sus páginas, que nos zarandee el temporal, que nos acaricie la brisa. Volver a su lectura por segunda vez, es recrearse en los pequeños detalles, unir esos pedazos menudos que forman un todo.
El libro se estructura en tres partes claramente definidas. He tomado una frase prestada del artículo sobre John Berger, escrito por Pedro Luis Ibáñez Lérida, que bien podría definir estos poemas: “La poesía se deshace en fragmentos, en pedazos menudos, como metralla para proferir toda su integridad a bocajarro.” Hay versos que me han cautivado especialmente de algunos poemas, me encanta como los cierra.
En la 1ª parte del libro, A pesar del cansancio infinito, encontramos una fuerza que a pesar de ese cansancio no se deja doblegar. Del poema Pesar, particularmente, destaco su cierre "la ley arancelaria/ con que se ciñe y muerde/ la voz dictatorial de la costumbre”. Se rebela contra ella y nos hace pensar ¿es la costumbre, donde realmente queremos permanecer? La libertad de elegir nos llena de dudas, ¿ganaremos, perderemos, si salimos de nuestra burbuja? Su postura es valiente. Del poema Generosidad, la última estrofa que incluyó como comentario a mi poema Propósitos: Qué difícil seguir y, mientras tanto/ contender con el beso mas sumiso,/ desintegrar el grito con el rumor más dulce de mi acento,/ desatendido el propio pesar/ y atenta siempre/ a compartir con todos la sonrisa./ Es un acto de generosidad altruista, en el que quiere mostrar su mejor sonrisa mientras guarda su propio dolor, y sufre en silencio. Del poema Desazón, resalto especialmente, la segunda estrofa: examino revistas, documentos,/ periódicos que presentan informes/ de que la humanidad ha sido rescatada/ del hierro y la ignominia,/ del inútil bocado a la carne indefensa./ Fina ironía para contestar a la manipulación a la que estamos sometidos por el cuarto poder, la prensa. De Nostalgia, esa segunda estrofa que culmina en una pincelada de sensualidad: “en sus labios degusta la piel que se avenía/ a dejarse gastar por la piel de otros labios”. De la 2ª parte, Larga valentía, el breve poema: Gozo, Resurgir, Crónica, Razones, Viaje, Oporto, Los mejores propósitos, por nombrar solo unos cuantos, son delicados trabajos de orfebrería, donde cada detalle está cuidado con la obsesión por lograr el matiz de lo perfecto, y lo logra; parece sencillo pero detrás hay un trabajo concienzudo, esfuerzo, que como veremos ha dado magníficos frutos. De la 3ª parte, Las alas tronzadas, señalo los poemas: Incoherencia, Persuasión, Refugio, Epitafio y Yo no sé. Antonia nos invita a acompañarla en este viaje que consta de tres etapas, es indiscutiblemente un periplo personal, aunque, yo al menos, me siento reflejada en muchas de las aguas de esta espléndida travesía. Algunos libros de poemas están concebidos para tratar un único tema, la diversidad que despliega en este poemario: En pedazos menudos, logra que el viaje sea una aventura detrás de otra hasta la última página. Hay tanta plasticidad en su poesía, fuerza arrolladora, sensualidad sutil, y no por ello menos embriagadora, espiritualidad, rebeldía, en definitiva, es un placer surcar sus páginas, que nos zarandee el temporal, que nos acaricie la brisa. Volver a su lectura por segunda vez, es recrearse en los pequeños detalles, unir esos pedazos menudos que forman un todo.
María José Collado
Fue un placer acompañarte,querida amiga.
ResponderEliminarFue estupendo gozar de tu compañía y la de los asistentes. Me sentí feliz.
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