Prologar libros es una tarea que me gusta. Alentar al autor en su quehacer, animar a sus lectores a emprender el contacto con la obra me es muy gratificante y son ya bastantes los autores que han confiado en mí en este sentido, pero cuando la petición llega desde allende los mares, desde otro continente, me resulta tan grato como sorpresivo.
Así me llegó en su día la solicitud del poeta colombiano Reinaldo Bustillo Cuevas para que hiciera lo propio con su último libro "LAS ENÉADAS Y CANCIONERO DE AMORES, CUITAS Y RECUERDOS".
aquí os dejo dicho prólogo por si os apetece leer y/o comentar.
Reinaldo Bustillo Cuevas nació en San Juan Nepomuceno, Colombia. Ha
publicado : “Te Espero en la Orilla del
Recuerdo”; “Migajas de Amor” , “El Cielo de mi Tierra es Diferente”; un ensayo:
“Diógenes Arrieta, Guerrero de la Pluma y la Palabra” y ahora lanza “Cancionero de Amores, Cuitas y recuerdos” y
“ Enéadas- La Nueva Poesía”; es
autor de numerosos poemas, cuentos y ensayos,
publicados en Revistas Nacionales y
Extranjeras; colaborador del diario “La Libertad de Barranquilla”; de
“El Espectador” de Bogotá”; Letra Digital” del Uruguay; Symbolos de México D.F;
“Comparto mi Cultura” de Argentina; “Aldaba” y “ Pluma y Tintero” de
España; ha sido traducido al portugués
por Urda Alice Klueger; referenciado por Jaime González Sánchez catedrático de la Universidad Santa Cruz de
la Sierra de Bolivia por el Trabajo “Moral Antropológica. Obtuvo el primer puesto en el Concurso Internacional
“Un Soneto para Soria” convocado por el “Centro Amistad Numancia” de Soria-
España. Es Miembro Activo de SELAE (Sociedad de Escritores Latinoamericanos
y europeos) con Sede en Milán- Italia.
aquí os dejo dicho prólogo por si os apetece leer y/o comentar.
Reinaldo Bustillo, alquimista del verso
Enéadas y Cancionero de amores, cuitas y recuerdos
Cuando en este siglo XXI asistimos a un
repunte del racismo y la xenofobia que imperó en los siglos pasados, cuando
vemos cómo los gobiernos de Europa y Norteamérica rechazan en sus fronteras a los seres humanos
que buscan lo que las multinacionales del primer mundo les han arrebatado en el
suyo propio, recordamos voces como la del filósofo mejicano José Vasconcelos
que ya desde comienzos de la segunda mitad del pasado siglo, en su artículo denominado La Raza Cósmica,
aseveraba que el egocentrismo económico, cultural o religioso generado por las
razas actuales solo encontraría remedio en la fusión de las mismas, con el
único objetivo de conseguir la igualdad entre los seres humanos.
Aún estamos lejos de esa consecución; pero,
¿quién puede no sentir esperanzas cuando se atisba en los humanos un gesto, un
inicio de aunamiento, de hermandad a través de cualquier manifestación social,
cultural o de cualquier otra índole? Allá por los Montes de María, en el
municipio de San Juan Nepomuceno en tierras de Colombia el escritor Reinaldo
Bustillo Cuevas, nos sorprende con sus Enéadas, una nueva forma de
versificación donde está representado el sentir y la tradición de las tres
razas que fueron basamento y cimentación de sus actuales habitantes.
Tienen estas Enéadas en su
fondo, el sentir del hombre caribeño
que tradicionalmente ha volcado las dichas y pesares de su corazón, el amor al
terruño y al trabajo, en los más
antiguos “Cantos de vaquería”, o en las no menos antiguas, pero también
recientes décimas (las cuales han alcanzado por aquellas tierras gran popularidad
en los diferentes estratos de su cultura).
En
cuanto a la forma observamos en su
rima monorrima la repetición y la cadencia de los cantos de la raza negra que desde siglos puebla
aquellas tierras.
Finalmente, en esa trietnia a la que Reinaldo
Bustillo valora por igual en homenaje a la
raza cósmica de su San Juan Nepomuceno, no podía faltar el tercer
componente: el español, a través del
cual llegó a nuestros hermanos de Latinoamerica la forma más popular de la
versificación española: el romance de versos octosílabos.
Así que, siguiendo las huellas de Homero a
quien atribuimos, si no la creación si al menos, el perfeccionamiento del
hexasílabo en Grecia; siguiendo los pasos de la métrica italiana creadora del
endecasílabo, introducido en España por Boscán; siguiendo los pasos de la Cuaderna Vía de Berceo o el Arcipreste de
Hita, Reinaldo Bustillo Cuevas introduce
en nuestro tiempo, en un alarde de ingenio creador, sus valiosísimas Enéadas.
Tal vez, después de estas consideraciones, el
lector se esté preguntando ¿Qué es en síntesis una Enéada? Resumo.
·
Una Enéada es una nueva forma de versificación creada por
el poeta Reinaldo Bustillo que consiste en una estrofa de nueve versos hexadecasílabos (dieciséis sílabas o el doble del
octosílabo popular español), distribuidos
en tres tercetos.
·
Cada uno de esos versos hexadecasílabos está dividido en
dos hemistiquios de ocho, sin sinalefas entre ambos hemistiquios, que respetan
en cada uno de ellos las reglas de acentuación final del verso.
·
Cada uno de los tercetos son monorrimos obligados a una
rima consonante distinta de los otros dos tercetos.
Y como para muestra, basta un botón.
EL COLIBRÍ
En el aire de la rosa, haz de luz vivificado,
que por milagros se queda, en los sueños, represado;
y en esquirlas de segundos, en ave se ha transformado.
Robándoselo a los dioses, el néctar dulce se toma,
llevándose sus tesoros, sus colores y su aroma,
jugueteando en sus corolas en sus
pétalos se asoma.
La gravidez de su cuerpo a su
vuelo no lo abruma,
bajo sutil brisa leda como en
ancho mar la espuma,
en el éxtasis se queda sobre el sueño de la pluma.
Bustillo, hombre de formación enciclopédica, ha ejercido como
profesor superior de enseñanzas tan distintas como Matemáticas y Literatura. En
esta última materia, se diría que fue coetáneo de la cultura
greco-romana o del Siglo de Oro español, tal es su conocimiento y dominio
no solo de las diferentes clases de endecasílabos construidos a través de la
historia de la literatura, sino a la maestría de ellos en el uso del soneto.
Porque ahí. En el
soneto, es donde asienta su Cancionero
de amores, cuitas y recuerdos que constituyen la segunda parte de este
libro. En un alarde del bien hacer
poético, retoma la temática de sus enéadas y, como el alquimista, convierte la
materia elemental de la palabra en oros de sonetos; y también, como en la
trasmutación personal exigida al lego de la Alquimia, observamos en ellos, en
toda la obra, un sentimiento didáctico que promulga los valores del bien proceder (DEJA) o la recurrencia al Cielo cuando roe la polilla del arrepentimiento
(ARREPENTIMIENTO, A DIOS INCOMPRENSIBLE…), pero también el canto agradecido a la Naturaleza y sus habitantes (LAS MANCHAS
DEL JAGUAR; MI TERRUÑO; ENÉADA, ARROYO Y MAR; LA TÓRTOLA; EL ALBATROS…), al
entorno, que nos da el asiento (SAN JUAN NEPOMUCENO, CATAGENA DE INDIAS,
BARRANQUILLA, EL SITIO DONDE NACÍ, MANGLARES DE CARTAGENA, MI PPATIO…), al buen amor (AZUL, CANTO PARA TI,
CUANDO LLEGASTE TÚ…).
Haciendo uso de sus
profundos conocimientos de las técnicas
literarias, hallaremos sonetos
endecasílabos en todas sus variantes de acentuación, sonetos decasílabos (SONETO
DECASÍLABO A UN MAR INMARCESIBLE), dodecasílabos
(REFUNDICIÓN DE UN POEMA DE LI PO), alejandrinos
(LA METÁFORA, LUZBEL; … sonetos de
cuartetos en sus dos primeras estrofas o sonetos de serventesios (A MI
PRIMERA NIETA GLORIA PATRICIA), con
tercetos siempre encadenados; sonetos de
libre rima (NAVE VELERA, NO ME PREGUNTES NUNCA…) y, no exento de un lúdico placer creativo, invita al lector a cambiar
el nombre del soneto GRACIA INFINITA siguiendo las instrucciones que da este
poeta de conmensurable creatividad, a lo largo del citado poema. En una
última parte del libro, versos blancos: como una feliz liberación del verso
tanto tiempo acertadamente recluido, que
no enjaulado, pues nos consta que
Bustillo Cuevas es un poeta que, como al jaguar, le es imprescindible dominar
las estrellas en el gozoso cuadrilátero de sus manchas.
Es este un libro, lector, para que te sorprendas con su diversificación de formas clásicas,
recientes y de nueva creación; para que
disfrutes de la observancia del ser que nos rodea, pero también de aquel que
llevamos dentro; y, para que, en suma, des las gracias porque somos infinitos
al formar parte de este planeta que Bustillo ha retratado para ti con los más
bellos pinceles que da la poesía.
Antonia María Carrascal
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