XXXVIII
Vencer dificultad está en mi agenda,
herencia que a mi músculo implantaste.
Me interno en el esfuerzo, hasta el desgaste,
y no me das ni premio ni prebenda.
Me diste a conocer camino y senda
-de entregarme la guía te olvidaste-,
y no sé distinguir unión de engaste
y no me das ni premio ni prebenda.
Al yugo me amarraste como a buey
que tira de la carga o de la grey
y encuentra escrito “no” sobre el remanso.
Pero el alma me muge embravecida:
si solo en el rigor vive la
vida,
¿qué vida dispondré para el descanso?
¿qué vida dispondré para el descanso?
Te había escrito un comentario muy sentido, pero lo perdí por no tener sesión abierta en google. Fuerte y decidor, musical e inspirador. Comparto. Besotes.
ResponderEliminarMe satisface muchísimo, querida Lumy, que te haya gustado. Gracias por compartir. Realmente tus elogios son muy bonitos, así que no sientas habwer perdido el otro. Si se perdió es porque no era el momento de recibirlo.
ResponderEliminarUn beso cariñoso.
Te ha salido redondo, amiga. Muy bien!
ResponderEliminarAbrazos
Da gusto tenerte como seguidor, amigo. Un abrazo transoceánico.
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