No llores, compañera,
si el camino que iniciamos juntos
se empieza a agotar sin remedio,
si la tarde se muere de hastío,
si los muros de ayer se quebraron
de estar expuestos al tiempo,
si la noche se abate en la sala
(dos estatuas evocan recuerdos),
si los muebles rechinan pidiendo
el cuidao de otro tiempo.
si el camino que iniciamos juntos
se empieza a agotar sin remedio,
si la tarde se muere de hastío,
si los muros de ayer se quebraron
de estar expuestos al tiempo,
si la noche se abate en la sala
(dos estatuas evocan recuerdos),
si los muebles rechinan pidiendo
el cuidao de otro tiempo.
No llores, compañera.
Es el momento justo de desenredar des entuertos,
de admitir que viví de mentiras,
confesar que manché tu confianza
con sucios enredos.
Pero hoy, sosegada tu ira,
libre ya de pasiones mi cuerpo,
he podido gozar tu cariño
después que dejaras tu resentimiento.
Es el momento justo de desenredar des entuertos,
de admitir que viví de mentiras,
confesar que manché tu confianza
con sucios enredos.
Pero hoy, sosegada tu ira,
libre ya de pasiones mi cuerpo,
he podido gozar tu cariño
después que dejaras tu resentimiento.
Asi que, ya me oyes.
No llores, compañera.
La paz que hoy disfrutamos
bien ha merecido
los trances aquellos
de tu sal volcada en la almohada,
de las luchas que tuve entre tu abnegación
y lo que no era bueno.
Hoy se abre la última puerta
que da paso hasta el postrer sendero
y, apoyándonos uno en el otro, lo haremos a un tiempo.
La paz que hoy disfrutamos
bien ha merecido
los trances aquellos
de tu sal volcada en la almohada,
de las luchas que tuve entre tu abnegación
y lo que no era bueno.
Hoy se abre la última puerta
que da paso hasta el postrer sendero
y, apoyándonos uno en el otro, lo haremos a un tiempo.
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